lunes, 4 de noviembre de 2013

Crítica Insidious Chapter 2


Cuando salió Insidious en 2010 James Wan consiguió revitalizar un género que no pasaba por sus mejores momentos. La sobrecarga de películas sobre exorcismos (verídicos o no), con cuatro sustos pero con guiones manifiestamente mejorables, causó en el aficionado al cine de terror (al bueno) un hastío profundo y una soporífera sensación de estar asistiendo a la dolorosa defunción de una temática que históricamente tan buenos momentos había dado al cine.

El mérito de Wan es utilizar los planos con una maestría abrumadora. La clave de sus películas no está en los sustos (que los tiene también y muy efectivos), sino en esas escenas en las que consigue que el espectador no quite ojo de la pantalla en busca de esa “imagen” que le helará la sangre.

Con Insidious 2 Wan parece haber agotado esos “trucos” que tan buen resultado le dieron en la genial Expediente Warren. Y sería de agradecer que Wan tomase nota.
Con E.W todo fluía a la perfección, con Insidious 2 prácticamente todo parece forzado. Diría más, solo Patrick Wilson (otra vez estupendo) parece mantener a flote esta segunda entrega, que carece del empaque y del factor sorpresa de su antecesora y de la que Wilson trata de sacar el jugo necesario para que el espectador no se vaya del todo decepcionado.

Y es que la historia, aunque bien llevada (y requiere cierta complejidad), da la sensación de que no da para mucho más. Simplemente acabas pidiendo la “imagen” de la que hablaba antes, el plano que te sobresalte, el “truco” efectista que te mantenga en vilo y que no te haga desconectarte cuando empiezas a vislumbrar que el abuso de los clichés (que anteriormente funcionaron), en esta Insidious 2 no terminan de funcionar.
Cuando acabas deseando el susto barato para salvar la tarde (y la película) es que definitivamente la cinta no es buena.

Pero no todo es negativo en Insidious 2. La película tiene ritmo y el guión está bien trazado. Y puede parecer una contradicción por lo expuesto anteriormente, pero es cierto que James Wan hila bien los cabos sueltos de la primera entrega y hace que esta secuela tenga un sentido, aun cuando en comparación con su antecesora claramente salga perdiendo. Y por eso precisamente tiene cierto mérito.
La parroquia de seguidores de Wan no van a encontrarse con una película calamitosa, simplemente con la alargada sombra de Expediente Warren…

Por lo demás, yo la recomendaría a los no muy exigentes, a los de “cine de consumo rápido”, a los palomiteros, a los que les gustó la primera parte y están interesados en conocer que es a lo “nuevo” a lo que se enfrenta la familia Lambert… Porque eso sí, una película regulera de James Wan es bastante mejor que cualquier bodrio de adolescentes poseídos…

NOTA 5’5/10