lunes, 21 de diciembre de 2015

La Política y la (nula) competición (y algo de McLaren)


Finalizó la temporada de Fórmula 1 de este año 15 y para desgracia de los sufridos aficionados, pasará con más pena que gloria (otra vez) por la historia de la competición.

8 meses y 19 carreras que han sido una buena muestra de que o la F1 muta, se transforma y revierte urgentemente su actual situación, o está condenada, no a desaparecer o a ser una competición residual en el automovilismo, pero si a seguir desangrándose lentamente ante la inacción de los Ecclestone, Todt, Whiting y compañía, algo de lo que, por cierto, alertó Fernando Alonso al finalizar el último GP del año.

Categorías como MotoGP, WEC o el DTM alemán van marcando el adelantamiento a la F1, están a rebufo y piden paso, algo impensable no hace tantos años. Debería dar que pensar.

Las audiencias se desploman año a año, los circuitos históricos no se llenan –excepción hecha este año del remozado circuito mexicano Hermanos Rodríguez-, el espectáculo en pista es manifiestamente mejorable, las reglas son caóticas, los motores V6 híbridos se han mostrado sosos, desiguales y extremadamente complejos, los pilotos TOP –salvo Hamilton obviamente- no están en condiciones de luchar por el título y  la superioridad de Mercedes respecto al resto, domingo si, domingo también, es una losa que el aficionado medio a veces no está dispuesto a soportar.


McLaren-Honda

Alonso abandonó Ferrari hastiado de cabalgar durante cinco años con un coche incapaz de llevarlo al ansiado tercer título para unirse de nuevo a las filas de McLaren-Honda. El experimento se ha demostrado este año fallido, extremadamente inconsistente y muy por debajo de las expectativas creadas, especialmente porque la unión de McLaren y de Honda, creaba un cierto misticismo ante un pasado repleto de éxitos, que auguraban un reencuentro mucho más fructífero.
McLaren ha sido el segundo peor coche de la parrilla, con unos escasos 27 puntos entre sus dos pilotos y solo por delante de unos famélicos Manor, que por cierto, a menudo, han competido con más dignidad en la pista que la histórica escudería de Woking.


jueves, 19 de marzo de 2015

Crónica GP de Australia 2015

El E

El Emperador alemán no cede ante los rebeldes 

Se acabaron los test y con ellos, el tiempo para probar nuevos cachivaches que puedan darte esas milagrosas décimas, las artimañas de los equipos, los trucos de magia con el combustible, se acabó el tiempo para sacar a relucir parte del potencial real de tal cual mecánica para asustar a la competencia, o de, sin duda, dejar en paños menores a los equipos que no han hecho los deberes en invierno y las van a pasar de color hormiga esta temporada. Las balas de fogueo han dado paso en Australia al armamento pesado, al que provoca heridas. Y en Melbourne salieron en situación comprometida equipos como Red Bull y en mayor medida McLaren.

¿Qué decir de Mercedes? Pues poco. Ganó Hamilton fácil con Rosberg en segunda posición. Vettel llegó a 34.5 segundos del inglés y la pinta es la misma que la del año pasado. Sin carreras locas y sin problemas de fiabilidad los alemanes están en disposición de ganar las carreras que quieran. Ni más, ni menos.
Por parte de Red Bull, su pretemporada había sido una incógnita. Desde el equipo se decía que el RB11 tenía potencial y que esperaban sin duda estar en la lucha por el pódium en Albert Park. Sin embargo, la realidad fue mucho menos condescendiente con el equipo energético, y ya desde los primeros libres del viernes se pudo comprobar que no andaban cerca del ritmo ni de Ferrari ni de Williams.
Lo de McLaren fue una película de terror con un final esperanzador. Magnussen rompió el motor el domingo antes siquiera de dar la vuelta de calentamiento y Button llevó al MP4-30 a la meta trotando pero rodando en a 3 y 4 segundos de la cabeza y a 2 vueltas de Hamilton a final de carrera. La parte positiva es que, el coche aguantó, a pesar de que Dennis reconocía poco después que esa PU Honda no había estado ni al 40% de su rendimiento real y que esperaban ir dándole poco a poco más potencia al motor japonés pero que no se marcaban plazos.
Buen papel de Ferrari en Albert Park. Tenían el segundo mejor coche y Vettel lo llevó al último cajón del pódium sin demasiadas dificultades. Siguen a un mundo y medio de Mercedes pero negar la evidente sería mentir, o peor, sería de tontos. También es verdad que la diferencia con Williams es muy escasa y la Scuderia deberá confirmar en Malasia (circuito vertiginoso de curva rápida) que el resultado de Australia no es flor de un día. Dicho esto, por presupuesto y por medios Ferrari está obligado a ganar, no a superar a Williams, su batalla tiene que ser la de desafiar a Mercedes y todo hace indicar que este año tampoco será.
De Carlos Sainz Jr. decían que le había tocado bailar con la más fea cuando se anunció su fichaje por Toro Rosso. Pero en Australia Sainz Jr. se mostró en todo momento más rápido que Max Verstappen, y lo que es más importante, con una soltura impropia para un piloto que participaba por primera vez en un GP de Fórmula 1. De Max hablan maravillas y muchos lo ven como un potencial campeón pero desde luego no parece que Sainz Jr. esté dispuesto a ponerle la alfombra este año al nuevo niño bonito de Helmut Marko. Mención especial para el equipo
Sauber que consiguió colocar a sus pilotos en los puntos. Tanto el debutante Felipe Nasr (P5) como Ericsson (P8) hicieron olvidar a Monisha Kaltenborn –al menos por unas horas- toda la tensión vivida en el inicio del fin de semana con el “caso Van der Garde”.