Un día para olvidar, que
no cunda el pánico (por ahora…)
Que
ayer en Monte-Carlo Alonso no estuvo al nivel que nos tiene acostumbrados
parece poco rebatible. Su actuación en la pista monegasca distó mucho de lo que
uno imaginaba después del paseo militar en el Gran Premio de España, incluso
después de los primeros entrenamientos libres del jueves, en esas callejuelas
viperinas y traicioneras del Principado.
Los
Ferrari no mostraron ese potencial en carrera (que lo tienen, no lo olvidemos)
y que no han sabido, ni han podido, plasmar en puntos en la clasificación
general, tanto de pilotos, como de constructores. Y mientras, el chico tricampeón sigue sumando puntos (algunos
gratis), y ampliando una ventaja, que por prestaciones mecánicas con la
competencia, parece desmesurada.
Ferrari
ha comenzado la temporada con un coche que le permite luchar por victorias en
todas y cada una de las plazas en las que ha habido que torear hasta la fecha
con la única excepción de Mónaco.
Y
no preocupa realmente el hecho en sí de no ser competitivos en Mónaco. Un circuito
con unas características específicas que los coches no vuelven a encontrarse en
todo el calendario, y que por lo tanto, tampoco puede servir como punto de
partida para lo que veremos, por ejemplo, en Canadá en dos semanas.
No
intuyamos más de lo necesario, porque con casi toda seguridad, Ferrari debería
volver a ser competitiva en el Gilles
Villenueve. Al tiempo.
Mercedes realiza un
test con Pirelli con el W04 y se lía una gorda en el Paddock
La
preocupación de los rojos tiene que
tener las miras un poco más largas que lo sucedido ayer en Mónaco…
Pirelli
vuelve a ser el centro de atención después de lo que supimos ayer (Ferrari y
Red Bull lo sabían desde el sábado por la noche). La prueba realizada por
Mercedes y Pirelli en Barcelona después del Gran Premio de España ha desatado
un escándalo de proporciones bíblicas.
Parece
claro que si Ferrari y Red Bull han saltado a la yugular de la escudería
alemana es porque han visto alguna irregularidad flagrante en todo este
entuerto. Por otro lado, no se entiende como, con los espías que pululan por el
Gran Circo, Ferrari y Red Bull hayan
tardado casi dos semanas en conocer el hecho en cuestión.
No
tiene pinta de que Mercedes se vaya a jugar una sanción, (que no solo podría
ser económica) sin la certeza clara de que podían utilizar el coche actual en
el dichoso test.
Muchas
interrogantes que la FIA tendrá que despejar, y que conociendo las cloacas del
susodicho organismo, se antoja como una lotería hacer a día de hoy un
pronóstico de lo que pueda suceder en las próximas semanas.
La carrera
Si
alguien al que no le gusta la Fórmula1, por error, claro está, se tropezó ayer
con la carrera de Monte-Carlo, desde luego, la F1 perdió un futuro “cliente”, y
es que la carrera de ayer fue un verdadero despropósito en cuanto a espectáculo
en pista.
Lo
comentaba ayer por twitter (¡y me gané un buen puñado de unfollows!), si
alguien puso la pimienta en Mónaco fue Alonso. El español, desdibujado, con un
Cavallino fatigado, nunca dio la sensación de poder alcanzar un buen puñado de
puntos y de salvar las penurias de una clasificación, que en Mónaco te condena
en carrera a depender más de las desgracias de tus contrincantes, de lo que pueda
tu coche ofrecer en pista.
En
Ferrari llevan dos años hablando de mejorar en clasificación. Dos años después,
la situación sigue en barrena.
Con
una P6 en Qualy no era difícil adivinar
que la carrera del español por las callejuelas monegascas iba a ser un
viacrucis y que solo una estrategia perfecta y grandes dosis de suerte podrían remendar
la presumible sangría de puntos respecto a Vettel (P3 en parrilla) con la que
iba a salir Fernando del Principado.
Lo
que no imaginábamos fue que Fernando anduviese extrañamente despistado,
abriendo puertas en curvas en las que si el piloto de delante no quiere, el de
atrás (si no eres Pérez, y pretendes no arruinar la carrera del prójimo) no
tiene la más mínima opción ni siquiera de intentarlo.
Y
llama más la atención que viniese de Fernando. Un piloto correoso, al que
pasarlo en pista resulta complicado por lo bien que tapa los huecos. Curioso.
Pues
no, ayer no estaba por la labor Alonso de que nos echásemos una siesta
escuchando de fondo la procesión motorizada y después de la primera parada,
sucumbió a la torrija que presenciábamos los telespectadores y le regaló a
Pérez, a Button y a Sutil unas posiciones en pista, que directamente se
convierten en puntos extra para Vettel.
La
famosa acción de Pérez es más justificable. El desbocado piloto de McLaren le
había avisado a Fernando vueltas antes pasando a Button en el mismo punto. Fernando
seguía al tran-tran. Cerquita de Kimi pero sin incordiarle en ningún momento,
extrañamente conservador, extremadamente lento.
Y
pasó lo que se veía venir. Pérez muy forzado, pero emparejado al Ferrari le
metió el coche (con poca delicadeza) obligando a Fernando a saltarse la
chicane. Es cierto que si Fernando no se salta la chicane el toque es
inevitable, también es cierto que Fernando estaba tentando a la suerte con su
inconformismo y que como reconoció después en el corralito “Pérez hace lo que hacía yo en 2008 cuando sabía que no luchaba por
ganar el mundial, jugársela…”
Ahora
bien, en esa acción, y viendo después la de Kimi y Pérez (en el mismo punto), a
mi el que Fernando tuviese que devolverle la posición al de McLaren me parece injusto.
Repito, si Kimi saltándose la chicane no tuvo que devolver la posición, parece
obvio, que Fernando tampoco debió devolverla.
Poco
después el regalo en la Rascasse a Button confirmaba que ayer no era el día de
Fernando y que los Antis saldrían de
las ciénagas para atizarle al español de lo bueno.
Y
luego vino el adelantamiento de Sutil en la horquilla del Grand Hotel…mientras Vettel por arriba cabalgaba hacia 18 puntos
que convierten en 29 la diferencia entre el alemán y el español en la
clasificación.
El
toque entre Pérez (acabó retirándose vueltas después) y Raikkonen y la parada extra
del finlandés para reparar el desaguisado provocado por el mejicano en su E21 le
proporcionó a Fernando una séptima plaza que se puede considerar hasta buena a tenor
de lo visto en pista.
Ganó
Rosberg fácil, Vettel cazó una segunda plaza con poco sufrimiento y Webber
siguió con su idilio particular en Mónaco en estos últimos años. Aparte de
Fernando, los grandes derrotados del día fueron Hamilton (un Safety Car le
arruinó el podio) y Kimi, que terminó en P10, cuando marchaba en P5 antes del
toque con Pérez.
En
dos semanas llega Canadá. Allí las cosas deberían volver a lo visto en Barcelona.
Digo deberían porque falta saber el rendimiento conseguido en ese famoso test en
Montmeló (quedan vigilados desde ayer por la FIA y pendiente una resolución) por
Mercedes y si la poca degradación vista ayer en los coches de Rosberg y
Hamilton se debe a las características del circuito o a un paso delante de la escudería alemana…
Muy buen artículo compañero, ha sido muy entretenido leerlo. Estoy muy de acuerdo con lo expuesto y sólo puntualizaría que tras el rendimiento tras las bandera roja, tiene que haber algo más que se nos escapa. Enhorabuena. Un placer leerte.
ResponderEliminar