Después
de aquella bochornosa penalización en Monza 2006 por ¿”obstaculizar”? a Massa (¡Alonso
marchaba 100 metros por delante del brasileño!) en la sesión de clasificación
del Gran Premio de Italia, el español estupefacto y hasta los mismísimos se
plantó y se arrancó ante la prensa con una frase demoledora: “Ya no consideraré
nunca más la Fórmula 1 como un deporte”. El domingo apareció por el circuito
con el pulgar hacia abajo, en clara referencia al robo que había sufrido la
tarde anterior.
A
la FIA siempre le ha gustado marcar la pauta y el destino de los campeonatos.
Es un tic que tiene. A veces se nota un poco menos, y otras, como en estos
últimos años de supremacía Red Bull, pelín más. Una decisión en las cloacas de
la FIA, una prohibición de algún elemento innovador (Mass Dumper de Renault en
2006, por poner un ejemplo…), hacer la vista gorda con alguna nueva genialidad
de Newey, de esas que se escapan como culebras del lúgubre reglamento de la
Fórmula 1, pasar por alto una sanción (Suzuka 2012 con Vettel en clasificación),
cambiar en la séptima carrera unos neumáticos que no favorecen a según qué
equipo… Las formas son muchas y variadas.
A
la FIA la opinión del aficionado y de los equipos se la trae al pairo. Si nueve
de once equipos dicen que los neumáticos están bien y que no hay necesidad de
cambiarlos… la FIA va y los cambia. Aquí paz y después gloria. Reunión entre
Hembery, Bernie y Horner y unas cuantas apariciones de Marko en prensa
quejándose de lo dura que es la vida en Red Bull a día de hoy, que si podrían
ir medio segundo más rápido que el resto con otro neumáticos, que si esto ya no
es Fórmula 1… y ¡chas!. Todo cambiado. Quien no llora no mama. Y quien es rico
y poderoso y tiene a la FIA enganchada por las partes nobles siempre acaba
saliéndose con la suya. Es fácil.
Es
de todos conocido que para la FIA es extremadamente necesario que Red Bull siga
inyectando dinero en el automovilismo, no sólo en la Fórmula 1, en el
automovilismo en general. Con la crisis que hay, tener a un nuevo rico poniendo
pasta en TU negocio siempre viene bien. Los malpensados ya hablan de que la FIA
necesita (y quiere) tener contentos a Red Bull y de ahí que se cambien a partir
de Canadá unos neumáticos que TODOS los equipos conocían desde pretemporada.
La
situación si no fuera esperpéntica produciría hasta sonrojo. Los equipos que
han hecho bien su trabajo en pretemporada, y que se han ocupado de que su
monoplaza mime unas ruedas que se iban a antojar como pilar fundamental en el
rendimiento vuelta a vuelta quedan penalizados de ipso facto. Los que se
preocuparon más de hacer un coche veloz que se merendara a la Pirelli en un
suspiro pueden salir airosos de su mal hacer.
En
Canadá se verá en que medida va a afectar el nuevo compuesto de Pirelli (más
duro) a los equipos que a día de hoy se juegan los cuartos en el mundial.
Presumiblemente
Lotus debería ser la gran penalizada y Red Bull podría ser la gran beneficiada
de esta merienda de negros que es la FIA.
En
Ferrari parecen andar tranquilos, su coche es bueno, el ritmo de carrera es
demoledor y el tacto del F138 con las Pirelli es exquisito, por tanto y en
principio, poco o nada debería cambiar para ellos.
En
las cloacas de la FIA (si Red Bull dan ese paso adelante que se les presupone
con las nuevas gomas) se podría estar cocinando a fuego lento el cuarto título
de Vettel. Tiempo al tiempo.
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