More Light, el nuevo trabajo de Primal Scream, parece sacar de las tinieblas (tímidamente) a una banda que desde XTRMNTR (2000) padecía un estancamiento musical bastante profundo.
Gillespie
y compañía toman aire, se agarran a la psicodelia y fabrican un disco coherente
en el que ninguna canción está de más. Pero no se preocupen, aunque en pocas
dosis, Gillespie y compañía también dejan hueco a lo que mejor saben hacer, ese
rock-punk anfetamínico (Hit Void) repetitivo
que lo retuercen hasta la extenuación.
Reformados
en lo personal (Gillespie lleva sin probar una gota de alcohol desde hace cinco
años) los escoceses se reinventan en lo musical, aunque mezclando todos esos
estilos de los que han ido haciendo muy reconocible el estilo de Primal Scream.
Por mucho que suene a revolución musical, las señas de identidad de la banda se
mantienen intactas. Intuyo que de este reto han salido victoriosos. Y no era
fácil.
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